Es raro verme todos los días cargando a un gato, digo raro porque no me gustaban los gatos, bueno no tanto como me gustan los perros u otros animales, el hecho de estudiar medicina veterinaria no significaba que me encanten todos los animales, es mas tenia miedo a los gatos... y digo TENIA porque desde que MIMI llego ese miedo se fue...
Y ASI LLEGO MIMI, mi hermano vino corriendo a casa, me llamo y me dijo Lis Lis! tengo un gato esta en mi cuarto! no se que hacer me lo voy a quedar, yo riéndome le dije : Miguel ya fuiste tenemos 3 perros y en la casa nadie lo va querer, a nadie le gusta los gatos; recuerdo la cara de preocupación de mi hermano, esos ojitos brillosos de querer llorar, y fue así con esa cara y gestos que convenció a mi mama para que Mimi (asi le puso mi abuelita) se quede solo una semana en casa... solo una semana, y bueno ya pasaron 5 meses y Mimi sigue aca, si! mi pequeña Gatita, quien diría que mi abuela que odiaba los gatos ahora la ame, duerme con ella, le da de comer a cada rato y hasta le regalo nuestro árbol de navidad para que pueda jugar, y mi madre, engriendola o haciéndola dormir todas las noches... como es la vida.. como es que un pequeño animalito nos la puede cambiar, como es que cada día nos la llena de alegría.
Hace unos días leí que cuando un gato llega a tu casa es por algo, no es por simple casualidad, es que porque ese gatito tiene una misión y es cierto siento que la misión de Mimi fue unirnos mas...
